África, un continente lleno de magia y amor. La gente de África es cálida, amable, y determinada cuando decide cambiar su vida. Hace unos días me preguntaron que palabra definiría mi viaje, si bien es cierto que con una sola palabra no podría, pero si tengo que escoger lo haría con AGRADECIEMIENTO, agradecida por la oportunidad que Dios me ha dado por llevarme hasta allí, por cada detalle que tuvo antes y después, por enseñarme la generosidad extravagante, por mostrarme que su amor es lo que único que nos une, que nos hace mejores personas, que nos une para ser hermanos, amigos y personas con propósitos.
Una tierra llena de Esperanza, una tierra que necesita del amor de Dios, una tierra que debemos invertir, una tierra que puede ser mejor, una tierra en la cual tenemos la obligación como hijos de Dios de llevar un grano de arena para la vida de una persona pueda ser diferente dentro de su mundo, no necesitas llenarlo de cosas materiales para que sus vidas puedan ser diferentes solo necesitan conocer su propósito que Dios tiene para ellos, para que sus vidas sean relevantes, necesitan sentir y saber que son amados por un Dios vivo, y que nosotros podemos canales de bendición para ellos.
¿Qué fue lo que cambio en mí o lo que aprendí?
Me enseñaron la GENEROSIDAD EXTRAVAGANTE, me impacto la forma de dar, ellos te dan todo lo que tienen, en una de las visitas a las aldeas una nena de alrededor de 10 años, mientras jugábamos me agarraba muy fuerte de la mano, después saco unos plátanos y me regalo uno, y quizá no había comido en todo el día, pero esa niña me cambio totalmente mi forma de dar, me mostro que no siempre se trata de hacer sino de SER, ser hijos de Dios SER como Jesús, a veces la gente necesita es tiempo de calidad, de estar, de escuchar, de un abrazo, un aliento de esperanza, un saber que tu eres importante, que eres valioso. Esta niña se llamaba Dorkas, si ella supiera lo que me inspiro mi vida, no puedo quitar su sonrisa de mi mente, se que Dios la cuidara, que nos unió por un propósito. Quizá no nos volvamos a ver aquí en la tierra, pero allí en la eternidad nos volveremos a ver y a sonreírnos.
Me impacto un misionero que se llama Asifa, esta frase que dijo LE ENTREGUE LA VIDA AL SEÑOR, fue un chic que hizo a mi vida, un hombre determinado a caminar en el propósito que Dios tiene para él, el amor que Asifa le tiene a Dios es extraordinario, la sencillez y la calidez que habla de cómo Dios ha transformado su vida es inspirador, la promesa que Dios ha cumplido en el es fascinante, me mostro un Dios fiel, Él quería ir a evangelizar a las naciones, y resulta que las naciones llego a él, fascinante, ¿no? No se me olvida ese devocional, y me recuerda que Dios es un Dios de promesas, solo debemos estar atentos y preparados para recibir lo que Dios nos ha prometido, Dios es maravilloso con sus detalles, no alcanzo a imaginar su amor.
Gracias a los pastores Any y Néstor por creer en Dios y acercarnos más a él.